20090821

Dominio al raciocinio

...en ese entonces había regresado a mí la dicha. Fue en principios de marzo cuando comenzamos la narración. Sí, esa misma, esa que sólo sería otra corta narración. Ahora hay más, mucho más y mi colaboración es casi nula, no sé por qué, ¿habría dejado de pensar?
Exceptuando aquella visita con la Dra. Alejandra, no había tocado este tema, pues no es algo de lo que me pueda sentir orgullosa, a decir verdad, es algo que hasta cierto punto me avergüenza.
Antes, las palabras adecuadas surgían de entre mis uñas sin necesidad de buscarlas, era como si la sinapsis entre mis manos y las ideas estuviera forrado por una capa hirsuta de seguridad e ingenio. Pero un día todo se torció, dejé de escribir. Aún recuerdo el pánico que me asía de los dedos y me impedía concentrarme, en su lugar entraba la euforia que aún no controlo, la euforia que me desplaza a la premisa inútil. Ésto, poco después se torno en un pretexto, evadía a toda costa un encuentro papel-lápiz o cosas por el estilo, constantemente me autosaboteaba, me resignaba, y me cruzaba de brazos mientras que las letras se escurrían por disposición del inconsciente correveidile. También se encontraba coludido aquello a lo que solía llamar "sentimiento de inutilidad". Cuando revisaba el novel-ideario, una grande y pesada piedra caía sobre mí, me aplastaba, y me deshacía con brío. Yo no alcanzaba a comprender la razón de mi desventura, pero así era, día con día me sentía cada vez más incapaz, incluso dejé la lectura por un tiempo, ésto porque creía que si no podía escribir como lo hacía antes, tampoco podría leer como lo hacía antes. Y ese día dí comienzo a mi corta vocación de psicosomática... Sí. Es bien sabido que nosotros los homosapiens adquirimos con afabilidad el síndrome de la sugestión. Bien pues, cuando comenzaba a leer, esto era lo que ocurria: las letras se trastocaban, bailaban, se mofaban de mí, vacilaban a mis espaldas y cambiaban de posición, parecía una conspiración siniestra en mi contra. Así continuó por una larga jornada.
Pero hoy, hoy quiero escribir, es por eso que apagaré el computador y regresare a mis páginas truncadas.



Recordatorio: No más posts hasta terminar aunque sea sólo un capítulo más...

2 comentarios:

Oscar dijo...

Tenes gustos simil a los mios, me encanta!!!!!!, no se si es bueno o malo pero me gusta decirtelo!!!!
Oscar

Emma dijo...

No sabía que tenías esto. Oye... me gusta cómo escribes amor, quizá demasiado tarde,