tag:blogger.com,1999:blog-72395703063646717562024-03-13T09:12:14.828-07:00Digresiones AutóctonasAnahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.comBlogger30125tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-50482400326012724582011-04-08T09:22:00.000-07:002011-04-13T04:55:09.318-07:00¿Y tú?<div align="left">Un día olvidé por qué te amo. </div><br /><div align="justify">Me recosté en tu recuerdo y supe que no te amo por sensata ni tampoco por valiente. Será instinto o acaso un impulso; te amo incongruentemente. Será porque extraño amarte, porque cuando no lo hago el cielo se cae y una perdiz muere. Será la ambigüedad de la situación que me somete a buscarte en mi auxilio. Será porque mis sesos han sido destituídos por el corazón y la falta de razón. Quizá. Será porque el azaroso destino me jugó una tirada irremediable. Será, Cariño mío, por ingenua e inexperta; por salvaje. Será por la endeblez de mi alma y la ambivalencia de mis deseos. Será quizá, porque el día en que decidí hacerlo no era yo, si no la que jamás te amó. Será por lo apodíctico de mis manos; por el axioma que es tu cuerpo. Será porque en ti no está la que busco, pero sí lo que necesito. Será acaso porque bajé la guardia y me subyugaste. No lo sé. La única certeza es que si te amo no es en nombre de la voluntad ni de la gracia; es en nombre de los días que me quedad por vivir. </div><br /><div align="right">Un buen día recordaré no olvidar por qué te amo.</div>Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-71033311702968148882010-12-12T04:35:00.000-08:002010-12-12T07:43:21.299-08:00Panacea del amante errante<span style="font-family:trebuchet ms;"><em>Esquelas del alma y sus socorros vociferan incesantes cuán terrible es la verosimilitud de un desenlace… ¿Tan terrible es?<br />Uno sucumbe, primeramente, ante la mordida de un presagio incierto, pero cierto en tanto que un ser lo ampare, lo cobije, lo engendre cual alimaña que roe y roe hasta emponzoñar todo aquello que le circunda cándido. ¡Es entonces imprescindible inquirir la razón de la pasión! ¡Es completa e irrevocablemente necesario lograr la panacea que revierte el triste concordato del hastío, que redime al irreflexivo de su pecado! ¿Cómo hacerlo asequible? Según los expertos, el pobre amante debe emancipar su espíritu, liberarlo de cualquier embaucamiento posible. Si no se logra asentarlo en las parcelas del sosiego, no podrá tan siquiera rozar la autonomía comisionada de la primera resolución: confinarse a sí mismo. Cuando el infausto llega al estado inalterable, se encontrará infundado en un revestimiento de estupor, el cual hará que nuestro desgraciado amante dé paso a un sinsabor transitorio. (He de puntualizar que esta fase deberá llevarse a cabo con demasiado escrúpulo, pues si se omite, inflexiona, o equivoca, el errante amante podría quedar eternamente abúlico.) El procedimiento obrará eficazmente sobre la impasibilidad; creará un nuevo estado: gestación. Durante esta etapa, aunque el desventurado no emita señal alguna, dentro su espíritu se gestarán sentimientos desconocidos, maravillantes, subversivos. No será fácil de advertir, pues esta fase se presta a la confusión; el estado anímico se percibe como deplorable, empero, simultáneamente acaece una nueva esperanza. Finalizada la transición, el errante amante quedará expuesto al mundo de la manera más sublime, sana, y connatural: verá las campiñas saturadas de color y los cielos crepusculares sacrificados ante los astros. Hallará un precepto nuevo para cada uno de sus sentidos: colmará sus papilas con las más puras mieles; su par de gemelos atisbarán imágenes en base a la más perfecta composición; sus oídos escucharán melodías dionisiacas, impecables; lisonjeará con su corteza a las más ásperas texturas y se fascinará de las más sutiles... </em></span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;"><em>Justo entonces, el amante errante habrá creado un nuevo preámbulo que será relevado por una estabilidad provisional; abrirá para cerrar y subsiguientemente abrir El Ciclo.</em></span>Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-30260623739167909492010-09-14T21:54:00.000-07:002010-09-15T18:07:36.459-07:00Un de vez en cuandoDe cuando en cuando te imagino yendo y viniendo, meditabundo, derramando el alma sobre un paisaje púdico, vertiendo con talante magnánimo una lágrima subrepticia al campo.<br />En ocasiones te bosquejo sentado, apoyando los codos contra el atisbadero de seres perdidos, y buscando entre la muchedumbre vestidos malva que puedan devolverte el apetito.<br />A veces me doy a la tarea de sólo asistir, extenuada, a tu farisaica silueta, a tus brazos impecables, a tus labios inefables...<br />Me place curiosear aun más; te figuro en la merienda, absorto en tu platillo, dibujando con la grasa vegetal un futuro atávico, insolente, fecundo, reluciente.<br />Intento convencerme de tus ojos húmedos, de tus venas púrpura que sólo acaecen ante tu precepto. Recostado, macerado, encapotado, difuminado; incandescente y bullente.<br />Pero, entre todo, la actividad que con más asiduidad ejecuto es, sin temor a equivocarme, perderme y luego hallarme perdida en ti.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-86264956976455416752010-05-11T04:01:00.000-07:002010-06-21T08:33:09.274-07:00Al galope, Micifuz...¡Saltan por la ventana! Azaran con sus maullidos estridentes, con sus lenguas acres capaces de desollar una piel sutil.<br />Ahora el gato se halla galopando sobre mi espalda...<br />-<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Mirriau</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">mirriau</span>...-lo escucho bien- ...<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">mirriau</span> <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">mirriau</span>.<br /><br />Abro los ojos; no lo veo, pero sé muy bien que está ahí, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">acechándome</span> con sus ojos de vírgula translúcida. No puedo hacer gran cosa, mi cuerpo está inmóvil; ha caído en el embeleso pérfido de sus plañidos felinos. Sobre mis mejillas corren dos regatos de agua con sal. La <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">exasperación</span> es agobiante y mi cuerpo vibra al son de los vehementes galopes del animal. Espero a que mi euforia se sosiegue...<br /><br />Muevo algo... ¡Sí! Un dedo del pie izquierdo se <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">yergue</span>. Mis ojos impávidos buscan a la alimaña; los muevo en todas direcciones hasta donde el ángulo de visión me lo permite. Cierro los ojos. Puedo verlo paseándose por mi cama con gran alborozo. Intento movilizarme una vez más y... ¡Bingo! Ahora que consigo mover mi mano derecha suelto un manotazo; logro golpear el aire espeso de la noche más tibia... He regresado al sueño mundano.<br /><br />Aletargada me dirijo a la cocina, sirvo un vaso con agua y, atisbando con precisión, me aseguro de no haber tomado una más del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">blister</span>.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-7010977146736630162010-05-07T21:20:00.000-07:002011-06-30T21:54:06.639-07:00Milonga del apetito¿A dónde se han ido las clavículas?<br /><br />Quizá se hallen perdidas en el vaho pestífero que en la inanición se engendra, quizá. Quizá redunden en el infausto espejo maldecido. Dímelo tú.<br /><br />¡Que comienze la muerte tácita!; acidez, desgaste de la dentición, miedo sórdido acompañado de espásticos tirones de cabello, arañazos sublimados por anestésico biológico. Soledad mortuoria, estabilidad esquilmada por los ojos; fiambre rollizo. La piel será modificada por los súbitos cambios hormonales, las uñas y el cabello se tornarán laxos y mucílagos. La capacidad para razonar vertiginosamente se verá afectada por la salinidad del agua en superávit; lóbulo frontal carente de sinapsis. Juicio deplorable.<br /><br />Regresa la vigilia, regresa el periodo vegano: pepino, lechuga, hojas de zen, apio, manzana, pomelo.<br /><br />El pseudocírculo de almas caritativas recomiendan:<br /><br />Sibutramina 10gms.<br />Sibutramina 15gms.<br />Diazepam: Ingiérase en caso de abatimiento irracional, incontenible, incontrolable, indecoroso, inefable, insano. ¡Tómate cien!Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-81889576204664506792010-04-16T18:48:00.000-07:002010-04-26T07:11:30.357-07:00El viejo mudo-...quien quiera que fuera aquel hombre mayor, me desdeñó con su flagrante pericia.<br /><br /> Mi experiencia como persona "senil" me había otorgado ya las suficientes parcelas para andarme con diligencia, así que decidí aventurarme con el anciano de la boina café.<br /> No compartíamos mucho, apenas un ápice de la semántica que mejor lo caracterizaba: el de un ser flamantemente vetusto.<br /> Fue esto y no otra cosa por lo cual las palabras afásicas se infiltraron de la manera correcta; no hubo necesidad de constreñirlas al intersticio semiótico. Una tras otra iban y venían, se sublimaban y menguaban; yo tomaba nota y él me observaba con los ojos cristalinos que un anciano reluce como su fiel galantería. Todo iba viento en popa y me sentí en la mejor soltura; me jacté de haberme amancebado con él y le cuestioné con la pregunta de toda la vida.<br /> Minutos después concebí que aquel único vínculo que, recién comenzada la conversación había florecido espléndida y repentinamente, se venía abajo, pues ya no entendía nada de lo que él intentaba comunicarme; me había perdido entre lineas. El anciano, exitado y muy boyante, seguía articulando movimientos casi espásticos para darme una mejor explicación. No me quedó más que mostrar la sumisión que había guardado para momentos como éste; avergonzada intenté despedirme. El anciano, que intentaba certificar que lo estuviera interpretando bien, me miró con desencanto y, antes de que yo diera el segundo paso para marcharme, se dió media vuelta y caminó a la sala de convivencia familiar, dejándome con mi estúpido lenguaje ambiguo y egoísta.<br /> Ahora lo atisbo; yo no dialogaba con él, sino conmigo.<br /><br />-Ya veo...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-35313616174654329692010-04-14T22:05:00.000-07:002010-04-16T20:22:07.600-07:00Milonga heterogéneaInaplazable. Disgregación total o parcial. ¡Que las cucarachas aprendan el cantar de las cigarras y que las mujeres orinen de pie! <br />Un día la confusión será diseminada con el esfumino de conmiseración, ¿Quién será el culpable? La nada vestida de todo. <br />La barahúnda se trocará y adquirirá el imperecedero gesto correveidile, nos miraremos con asombro; seremos un par de desconocidos. Entonces no existirá ningún menester por glosar lo ininteligible, pues, llegados a este punto, no existirá tal. Cuando te vea caminar a lo lejos, agitare mi mano y lanzaré mi mejor sonrisa; quiero que te parezca interesante. Si no lo logro podrás darte la vuelta y mostrarme tu mejor escapúla, yo lo interpretaré como un gesto procaz y mi desidia congénita tomará el camino abyecto que mejor me representará; saldré de ahí con mi último visage: el de fiambre.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-15065645138016055982010-01-26T20:35:00.000-08:002010-01-26T20:45:26.063-08:00<span style="font-family:lucida grande;"><span style="font-size:130%;">Según Paul Bocuse, macerar la carne en cuestión no secunda sedimentar el sabor...</span><br /><br /></span><div align="center"><span style="font-family:lucida grande;">...es cuestión de percepción.</span></div>Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-71434146156164828812010-01-24T20:38:00.000-08:002010-01-29T10:34:46.216-08:00Hanami<em><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-size:130%;">Tu esqueleto carece de verdor… sería una monstruosidad que se te viese ostentando color tan mísero; junto a tu rosáceo blanquecino no existe tinte más hermoso. </span></span></em><br /><em><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-size:130%;">Excuso que crezcas en dirección a la nada, y que tu farisaica modestia te presida a la belleza inconcebible y monumental. ¡Ay de mí!, que próxima a tu sublime cuerpo torcido me siento amorfa. </span></span></em><br /><em><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-size:130%;">Tienes fama de diligente; así deserte el astro más luminoso y formidable, no relegarías tu divina exactitud llevada por la canícula estacional. ¡Insolente aquél que tu taxonomía ignore! ¡Desgraciado aquél que de tu fruto abuse! </span></span></em><br /><em><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-size:130%;">Tú, que tan caritativo te muestras concediendo fantasmas en los suelos incautos y mezquinos, infunde en gallardía a todo simple mortal que tu hechura envidie; si fueses exhortado a ser exiguamente antiestético concebirías que, en primaveras comisionadas por tu disposición, nadie se salvaría…</span><br /><br /><br /></span></em><em><span style="font-family:times new roman;"></span></em><em><span style="font-family:times new roman;"></span></em>Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-1244344731791406612010-01-02T21:38:00.000-08:002010-04-13T19:27:05.324-07:00<div align="justify"><span style="font-family:trebuchet ms;font-size:130%;">Llevada por el usufructo de la imaginación, te atisbé; el ser primeramente ajeno que, con el volar de los días, se transmutó en lo más intrínseco de mi existencia. Y pensé: «¿Cuánto tiempo pasará antes de que me tomes de los hombros, te vuelvas con esa mirada infinita que me dobla, y me extirpes las palabras determinantes...?» También me di el lujo de meter la mano en el contenedor de memorias indemnes; me asusté. Tuve miedo en abundancia, mi corazón se azotó contra la caja toráxica, un frío subió por mis pies hasta quedarse aterido en la cabeza por unos instantes, hasta que cubrí mis ojos (como si cubriendo los ojos se encapotara lo que no se quiere percibir) y lloré. Me dolieron los sesos de sólo fisgonear. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:trebuchet ms;font-size:130%;">Dime, ¿no te hartas de que lo piense tan a menudo? Sé que no debería, pues, cuando camino en las parcelas vacilantes, mis tobillos se tuercen, y no por falta de cartílago, sino debido a que hay todo un suelo henchido de incertidumbre y no sé con certeza cuán largo será el viaje... No es menester dormir y despertar con la cabeza en llamas, sino que es, sin lugar a duda, el tergiversado tiempo fluctuante y mi incredulidad innata lo que me impele a urdir la maraña incognoscible. Perdóname. Lo único que deseo es tenerte muchos días más en mi vida...<br />Quiero cocinar pollo dijonaisse para ti. Quiero cuidar de ti. Quiero que leas alguna obra de Borges en voz alta mientras me ducho. Quiero compartirte todas y cada una de las mil y un facetas que me fueron asignadas. Quiero disfrutar del hecho de que me consideres una francachela cognitiva a pesar de que mi sesera se trastoque, ocasione que me revuelque de dolores efímeros y que, al poco rato, pase de ser una francachela cognitiva a una catástrofe ilativa. Muero por despertar y escudriñar que al lado mío, debajo de las sabanas, se halla la persona que me acompañará, recién posado el medio día, por los víveres . Quiero que juntos aprendamos del cine estúpido e irreverente. Quiero que viajemos a Húsavik y nos bañemos en Landmannalaugar. Quiero que me prepares café en pocillo aunque tengas que mejorarlo con un poco de café soluble y no me lo digas. Quiero que te gusten mis tejidos y que me permitas hacer una cobija que nos ampare cuando el frío gélido nos amordace y nos haga suplicar calina. Deseo haberte conocido desde siempre. Deseo que ames a Ehlers-Danlos. Quiero deambular por las calles que tantas memorias esconden y sentirme protegida cuando tome tu largo brazo. Quiero ser "la ésta del éste..." Quiero envejecer contigo. Quiero ser tuya, y tuya hasta que mi piel comienze a perder elasticidad y mis senos no sean los mismos... Deseo no requerir requicisiones que como requicito suponen premisas requeridas. </span><span style="font-family:Trebuchet MS;font-size:130%;">Simples ambiciones.</span></div>Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-79473216335936449892009-11-23T15:01:00.000-08:002009-11-23T15:03:11.930-08:00...sólo sucede en ocaciones peculiares.La corteza dilató su tamaño y le envolvió de abajo hacia arriba cual capullo invertido. Los poros emanaban, sin necesidad de ser esquilmados, aquel intrínseco líquido que contamina la calina del mendigo. Los cabellos se prensaban de los dedos y gritaban despavoridos el ser asidos en dirección al infierno. Las uñas lloraban, en adhesión de las palabras, la terrible necesidad de consumarse. La carne, fiel de su portador, reptaba sin avanzar; vejigas henchidas de salinidad brotaban y bailaban, decrecían y morían. El fluido artífice de prurito carcomía calmo las paredes del seso longevo. Y las lagrimas se derrapaban excitadas sobre la piel, justo antes de se borradas por aquellas escamosas manos.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-17702046569950064682009-08-21T21:11:00.000-07:002010-01-04T03:56:29.146-08:00Dominio al raciocinio...en ese entonces había regresado a mí la dicha. Fue en principios de marzo cuando comenzamos la narración. Sí, esa misma, esa que sólo sería otra <em>corta narración</em>. Ahora hay más, mucho más y mi colaboración es casi nula, no sé por qué, ¿habría dejado de pensar?<br />Exceptuando aquella visita con la Dra. Alejandra, no había tocado este tema, pues no es algo de lo que me pueda sentir orgullosa, a decir verdad, es algo que hasta cierto punto me avergüenza.<br />Antes, las palabras adecuadas surgían de entre mis uñas sin necesidad de buscarlas, era como si la sinapsis entre mis manos y las ideas estuviera forrado por una capa hirsuta de seguridad e ingenio. Pero un día todo se torció, dejé de escribir. Aún recuerdo el pánico que me asía de los dedos y me impedía concentrarme, en su lugar entraba la euforia que aún no controlo, la euforia que me desplaza a la premisa inútil. Ésto, poco después se torno en un pretexto, evadía a toda costa un encuentro papel-lápiz o cosas por el estilo, constantemente me autosaboteaba, me resignaba, y me cruzaba de brazos mientras que las letras se escurrían por disposición del inconsciente correveidile. También se encontraba coludido aquello a lo que solía llamar "sentimiento de inutilidad". Cuando revisaba el novel-ideario, una grande y pesada piedra caía sobre mí, me aplastaba, y me deshacía con brío. Yo no alcanzaba a comprender la razón de mi desventura, pero así era, día con día me sentía cada vez más incapaz, incluso dejé la lectura por un tiempo, ésto porque creía que si no podía escribir como lo hacía antes, tampoco podría leer como lo hacía antes. Y ese día dí comienzo a mi corta vocación de psicosomática... Sí. Es bien sabido que nosotros los <em>homosapiens </em>adquirimos con afabilidad el síndrome de la sugestión. Bien pues, cuando comenzaba a leer, esto era lo que ocurria: las letras se trastocaban, bailaban, se mofaban de mí, vacilaban a mis espaldas y cambiaban de posición, parecía una conspiración siniestra en mi contra. Así continuó por una larga jornada.<br />Pero hoy, hoy quiero escribir, es por eso que apagaré el computador y regresare a mis páginas truncadas.<br /><br /><br /><br />Recordatorio: No más posts hasta terminar aunque sea sólo un capítulo más...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-82365308067048610602009-08-13T09:35:00.000-07:002010-04-13T19:42:50.794-07:00MiercolesEchó un vistazo fugaz a su reloj de mano «Seguro no le importará», pensaba mientras apresuraba su caminar.<br />El sol dirigía con vehemencia sus rayos inclementes a los transeúntes y el calor ascendía desde los más recónditos intersticios del pavimento. Mientras tanto, recordaba casi por instinto; «caminar derecho hasta llegar a la avenida grande y seguir hacia la izquierda...». Así lo hizo, caminó derecho, llegó a la avenida y después siguió a la izquierda. -¿Cuál era el nombre de la calle? -pensó en voz alta al son del bullicio del periférico-. ¡A<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">h</span></span>! ésta es... "<span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">Butacaris</span></span></span>" -giró nuevamente a la izquierda y reanudó su camino, miró el reloj y, cual <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">cemental</span></span></span> finamente adiestrado, comenzó a trotar.<br />Segundos antes de que llegara a su destino, él ya esperaba en el recibidor con beneplácito, al verla esbozo una casi sonrisa, abrió la puerta, le cedió el paso, y juntos se adentraron en aquel lugar que siempre estaba dispuesto a acogerlos . Se sentaron en la sala uno frente al otro y hablaron sobre ningún tema en específico: el transporte público, el calor, el partido que minutos después comenzaría. Después, el silencio reinó por completo hasta que él interrumpió a <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">bocajarro: "</span></span></span>¿Quieres un vaso con agua? "<br />-Sí, por favor -respondió ella con la mirada fija en las cortinas que pendían inmóviles en dirección a la calle.<br />Él se levantó del sofá -el que minutos antes habías sido testigo del silencio abrumador que los oprimía-, se dirigió hacía la cocina y llenó el vaso con agua de la más diáfana, preguntó si la deseaba con hielo, a lo que ella denegó. Se lo tendió con sólo una servilleta.<br />El silencio raso volvía a dominar el espacio que ellos dos compartían. Respiraban sin exigir nada a cambio, cada uno con la vista perdida y un tanto <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3">dubitativa</span></span></span>. Cuando parecía que todo culminaría ahí, ella se levanto de su lugar y se postró junto a él con la esperanza de recibir algún contacto, algún roce, alguna caricia. Pasados pocos minutos él la tomó de los hombros y dispuso su cabeza en uno de sus pechos modestos, después comenzó a tocarla con sutileza; el torso, la cadera, la cintura, los senos, y ella lo miró de manera infinitesimal.<br />-Quiero hacerte el amor -le dijo él al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_4">oido</span></span></span>, y del <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_5">fémino</span></span></span> tímpano a las uñas de los pies, ella se estremeció. Justo entonces el mecanismo había echado a correr, y los minutos fueron horas. Anidaron en aquella cama inalienable y, tal como era de saberse, hicieron el amor, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_6">compartieron</span></span></span> carne y percibieron las emociones que ambos emanaban de sus dilatados poros. Así era siempre, intimaban, se regocijaban en placer, sus sexos <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_7">certificaban</span></span></span> aquel encuentro como si fuera el fin del todo y, después, se quedaban inmóviles, enmudecidos, agitados, intentando acompasar la respiración, ateridos al instante que jamas regresaría, y a veces, sólo a veces, dormían, pero ésta vez no sucedió así. Tendidos en la penumbra, con los cuerpos desnudos y la mente navegando en las aguas bonancibles de lo desconocido, se volvieron el uno al otro, mientras ella pensaba: «No quiero buscar más, lo he encontrado...». La manera en que él la miraba la hacía sentirse hermosa, los complejos quedaban de lado. Ella encontraba en sus brazos el mejor albergue.<br />-Te amo -dijo él en tono afable, casi en <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_8">musiteo</span></span></span>-. Te amo tanto...<br />-Yo sé... te amo también<br />-No hay dudas, ¿lo sabes?<br />-Sí, lo sé. Ya no las hay -afirmó segura de sí misma mientras lo abrazaba con fuerza y le acariciaba el cabello.<br />Minutos después salieron y partieron de regreso.<br />Al llegar a su casa, ella sintió unas ganas desaforadas de beber toda el agua que le fuera posible. Era como un acto reflejo fatal; cuando las emociones se trastocaban sentía que debía ponerlas en orden, y esto sólo lo lograba bebiendo agua; simple, diáfana, y pura agua. Pero no la bebía así, sin más ni más. No, si no era en un vaso de cristal no infundía en el mismo efecto. Así que tomó la botella del cuello, vertió agua en un vaso lo <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_9">suficientemente</span></span></span> grande y comenzó a beber. Terminada el agua, se dirigió al lavabo y lo dejó ahí. De repente un recuerdo perecedero sucumbió en el umbral de las ideas más insignificantes. Recordó el día en aquel bar del centro. Podía ver con claridad a cada uno de los ocho hombres que tocaban el sinfín de un alborozo estacional. Parecían <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_10">comisionados</span></span></span> de lo simple y lo jocoso; el joven con el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_11">monociclo</span></span></span>, el hombre al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_14"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_12">sax</span></span></span>, otros dos a la trompeta, un hombre mayor en el <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_15"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_13">ukelele, </span></span></span>otro acariciando el contrabajo y uno último amenizando con guitarra. Después evocó el alcohol que se consumió con venia aquella noche. «Estando en estado etílico, ¿quién podía llevar abajo tremendo regodeo?» pensó, mientras miraba sin mirar los trastos sucios que debían ser lavados.<br />La noche había caído por completo y el cansancio avasallaba su cuerpo. Hizo una rápida visita al <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_16">baño para</span> lavar sus dientes y su rostro, se cambió de ropas, y se profundizó en las frías sábanas. Con la opacidad de su mente y la que se suscitaba en su <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_17">habitación</span>, las ideas acorralaron la sesera y comenzó a pensar en él. Poco a poco una serenidad desmesurada la arrulló y, mientras cedía a los arrumacos de ésta, repitió en tono de o<span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_18">ración</span>: "Lo sé. Ya no las hay...".Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-10126317769865598972009-08-03T20:52:00.000-07:002010-01-05T19:46:04.775-08:00Hoy lunes; hace un año, domingo...Mi vuelo <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">arribó</span> y me recibió el frío <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">citadino</span></span></span>...<br />¿Y ahora qué?<br />...leí un poco y recordé. El cerebro humano es tan complejo, <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_1">irradia</span> locura y pasión, pero cuando puedes darte el lujo de tomar dos situaciones y balancearlas, el panorama esclarece. Cuántas veces no escuché esa palabrota... ¿Cuántas? ...muchas, casi un <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">sinfín</span> de veces, y todas ellas poseían un grado de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">credibilidad</span></span>, un grado de desidia y otro de pueril pensar. Y era fácil, pero a su paso comenzó torno gris, casi imposible. Los pretextos se convirtieron en delimitaciones, las delimitaciones en represalias, las represalias en olvido, y los que olvidan desisten. Es por eso que no me arrepiento de nada, nada que no estuviera dentro del parámetro más convencional.<br />Terminó por diversos factores, pero me siento bien; se siente bien alzar el rostro y ver que las veredas han sido vastas, pero no las <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">suficientes</span> como para resignarte y echarte a llorar por tu infortunio. Hoy miro todo desde otro ángulo. Un invierno lo movió todo, y me alegra tanto... Todo se mantiene en constante cambio, menos lo que hoy siento por ti...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-7670018350092356502009-08-02T22:40:00.000-07:002009-08-02T23:18:19.580-07:002 de Agosto... un quinto...Emma dice:<br /><em>somos</em> es capicúa también!<br /><br />Ana dice:<br />sí que lo es! ...quién lo diría, ¿ah?<br /><br />Emma dice:<br />sí! quién lo diría...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-47845249968331116682009-07-30T20:42:00.000-07:002010-01-24T20:48:00.232-08:00La pluma mágica...dicen que si estás cobijado por una espesa oquedad y prendes la luz negra, podrás ver lo que la pluma mágica dejó en su pared...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-88572399747761288032009-07-28T00:30:00.000-07:002010-04-13T19:45:02.683-07:00Fue dicho...La aceptación hacia lo <em>real*</em> dió auge a una nueva espectativa, una de la que no se sabe con certeza a dónde nos llevará. Sólo sabemos que está en el decidir, ser consciente de que no es nada fácil, que es una responsabilidad grande y que sólo con tiempo, paciencia y determinación podrá ser... Aceptaste; no tenías por qué, sin embargo así lo quisiste, y lo agradezco. Nadie es apto para experimentar en cabeza ajena, pero cuando neutralizas hacía otros, comienza la empatía.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-45352283646153990372009-07-27T08:39:00.000-07:002010-01-25T14:48:32.194-08:00Borderline...No recuerdo cómo ni cuándo comenzó mi infortunio... ni siquiera sé si es correcto llamarle así, llevo tanto tiempo con esto que me parecería egoísta hacerlo a un lado y fingir que lo detesto... Puedo denotar con facilidad cómo se ha ido <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">llevando</span> poco a poco lo que me baila el agua, mi felicidad, mi <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">tranquilidad</span>... No por esto me declaro <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">abruptamente</span></span> como una persona infeliz, sino que la estabilidad ya no es la misma... Ha ido acabando lentamente con todo lo bueno, dando paso a lo banal y efímero... a algo que podría terminar fatal. Pero eso es algo que me tiene sin cuidado, las consecuencias yo las pedí, las supliqué a gritos... y ahora que están conmigo ya no puedo echar marcha <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_2">atrás</span>. Recuerdo cuando los placeres más simples se encontraban en cualquier lugar donde lo deseara, en cualquier momento, sola o acompañada. No solía quejarme de nada, todo era perfecto y saciaba mis <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_3"><span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">espectativas</span></span>. Incluso me consideraba una persona apta y competente, emprendedora, extrovertida, llana y libre. Ahora no hay nada de eso, ni siquiera tengo ya la fuerza de voluntad para tirarlo todo por la vereda y seguir adelante. No puedo concentrarme de manera precisa, el pensamiento aciago viene a mí y todo se va a la mierda. Cosas que antes consideraba realmente importantes no están presentes del todo, quedan aún los estragos, pero es muy difícil aglomerar todo de nuevo, me llevaría tanto tiempo, que, cuando me de cuenta que todo terminó... será porque habría terminado de la manera incorrecta.<br />¿A dónde se ha ido mi felicidad?<br />Los fautores de ésta aún están a mi lado, o eso quiero creer. Son pocas las razones que podría rescatar, y presumir que aún existen. Entre ellas está mi quimera fortuita... aquella que llegó a mi vida, así, sin más ni más, llegó para sólo estar conmigo, estabilizarme, cuidarme, amarme... Pero hoy temo lo peor, y cuando ésto suceda... no sé que <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">seguirá</span> después...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-80031521004988943562009-07-24T13:12:00.000-07:002009-07-27T13:29:08.335-07:00Me como....esa tía no me deja en paz!Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-8146462906239689342009-07-22T20:46:00.000-07:002010-01-24T20:47:28.065-08:00OmniscienteÉl-...el joven llamado Emmanuel se dirigió ahí con movimientos entrecortados y temerosos, estaba en un lugar que no recordaba... tenía una pista que no dejaba de aletear, la cual lo haría entender lo que en derredor pasaba...suspiró, y, mientras intentaba hilar sus ideas en un telar con millones de hilos iguales, la pista salió volando de entre sus manos. Frustrado y decepcionado se sentó sobre una roca grande y fría, ahora no podría entender lo que pasaba, la pista se habría ido para siempre, inclinó su cabeza y la ocultó entre sus rodillas, sus manos tímidamente se rozaban. De repente, sintió un cálido tacto que exploraba sobre sus tímidas amigas, no fue necesario levantar el rostro para saber quién era...sólo era necesario sentir. Fue en ese instante en que supo en dónde estaba, a aquél lugar sólo ellos podían llegar...<br /><br />Ella-...la mano que otorgaba el tacto cálido asió con sutileza una de las que él mantenía inmóviles, al concebir que se encontraba ahí, el joven alzó su rostro; una austeridad desconocida penetraba en los espacios subrepticios del ser. Sin saberlo, ellos compartían el mismo sentir, aquel que los tomaba de los flagelos más sensibles, los desvirtuaba, los blandía en los límites de la introspección. Él miró de llano en las pupilas de aquella joven, y compendió que la aflicción que lo lisiaba inexorable, era la misma que rebozaba sin linde en las entrañas de ella. Los jóvenes postraron su mirada uno en el otro, y con una precisión impetuosa, los cuatro videntes que se encontraron en el camino lograron clarificar lo que ahí se suscitaba. Se hizo un silencio mínimo. Desde ese momento, los jóvenes antes extraviados habían pactado el sinfín de una coyuntura, en la que trascenderían sólo si así lo deseaban. Entonces la joven de nombre Anna decide ofrecerle sus manos, él las toma y se pone de pie. Juntos caminan por la senda a la que sólo ellos supieron comparecer, la senda en que coexistirán hasta que ellos desistan…Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-25991698854887839622009-06-28T22:44:00.001-07:002009-06-28T22:57:51.702-07:00Te (...) muchoSabía muy bien que no era proveniente de lo más alto de la corniza, y tampoco lo era del fin del mundo. No. Provenía de los pequeños abonos de intuitiva complicidad, que con algo de tiempo y determinación se tornaron en los fautores responsables que dieron auge a su acagedora estancia...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-90449232166365681352009-06-20T22:49:00.000-07:002009-06-28T22:58:45.593-07:00No fueron necesarias...... entonces me coloqué muy cerca, tanto que <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_0">podía</span> sentir con determinación la resonancia de aquel emancipado músculo latente en mis nimios pechos, y enmudecí... El transporte público parecía un portal en donde no existían tiempo y espacio. Las personas presentes eran sólo un pretexto de concreción; partículas ateridas que poco a poco se tornaron en seres inexistentes... Y me dí cuenta de que podía quedarme así una eternidad, alojada en tu pecho, muda, sin capacidad de articular una sola palabra, y amandote como nunca, amandote como hoy.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-20933351656277126762009-06-01T15:51:00.000-07:002009-06-01T15:52:09.200-07:00Menos cabello...... y no precisamente por un corte.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-69689411939946269992009-06-01T15:05:00.000-07:002010-01-26T21:34:38.999-08:00Un poco de el joven Ícaro... (en colaboración con Él)Ocupaba una de mis dos únicas, desgastadas y entrañables sillas, ambas paralelas al ventanal al que suelo ocurrir en días de agobio. Desde aquí percibía con exactitud las sensaciones frívolas, sincronizadas con el inclemente golpeteo de la lluvia que involuntariamente terminaba deslizando en las desprotegidas cabezas de los transeúntes.<br />Miré mi libro virgen que esperaba ser leído desde hace algunos meses, lo adquirí en un bazar a unas cuantas cuadras de mi departamento, cuando lo compré ni siquiera hube pensado en leerlo, no sé por qué lo compré.<br />Denoté cómo el reloj me devoraba con sus insaciables manecillas, que con cada segundo me convertía en un mártir insoportable. Nunca le hube protestado al tiempo, no, siempre fui espectador taciturno, pero hoy es diferente, hoy no es como fue.<br />Mi mirada extraviada no percibía demasiado, excepto sombras y figuras cotidianas, planas y simétricas, inertes, tal como mis carentes deseos. No fui capaz de sobrevivir al inquieto mar de desolación, el cual me mantuvo al margen todo este tiempo, mi capacidad de salir a flote se evaporó rompiendo con todo ciclo, jamás regresaría, pasó de estar a no estar. La lluvia cesó y con ella mi sentir.<br />Las sombras y figuras se tornaron en sólo más sombras y más figuras, pero esta vez las pude reconocer, al hacerlo, dieron paso a algo inesperado, tanto como el renacer del sol. Mi mirada, de ser un objeto evasivo hacia lo real, comenzó a vislumbrar lo que es, lo que fue y lo que será: dos jóvenes, ella y él, mojados, sentados en el suelo, vivos, miraban con una determinación infinitesimal algo, (por más que lo intento no logro saber qué era) sus sonrisas acompasadas demarcaban mi miserable estar que hasta ese instante perduró. La visión casi pueril culminó cuando me resolví a observar mis desidiosos alrededores, cada uno con cierto detenimiento, el detenimiento que había reservado para la ocasión. Deslumbrantes rayos de sol comenzaron a traspasar con gran timidez las grises nubes que envolvían el cielo, sin ningún problema penetraron a todos los rincones del cuarto anteriormente oscuro y ahora dejaba ver su mísero contenido, indagué en él, uno a uno se postraban en mi inusitado uso de atracción, mis paredes blancas, parcialmente deterioradas por el cúmulo de humedad, querían venirse abajo como reproche al mal cuidado que les hube dado, detrás de mi, justo en medio de la habitación se hallaba mi mesa, cuadrada, de color ocre, sin sillas pero con suficiente espacio para cuatro personas, encima, los platos sucios de la comida de hace unas horas eran invadidos por repugnantes moscas, ¡cómo me gustaría que la lluvia atravesara el techo y que las grandes gotas derribaran sin consideración a mis diminutas enemigas negras! Mis manos, esclavas de la inmovilidad, decidieron persuadirse a sí mismas a galantear con los exclusivos objetos: primero los más cercanos, después con todos, verbigracia: libro, trastes, reloj, llaves, etc. Me convertí sin siquiera saberlo en acreedor de una nueva sensación, interés.<br />Regresé mi cuerpo a la silla y mí vista hacia el ventanal del balcón, los jóvenes se regocijaban y parecían más alegres que momentos antes, el sentido del oído lentamente se incorporaba a mí y los estímulos llegaban hasta la corteza, lo sé porque escuchaba el melódico sonar del organillo, “tal cual hoja al viento, quisiera llorar, de sentimiento”. Esa era la melodía que surcaba libremente el aire hasta penetrar en los oídos de los paseantes. Disfrutaba con beneplácito las invisibles e intangibles ondas sonoras que con gran facilidad a mí llegaban. Mi aprobación a la música y mi sumiso estado de tranquilidad abruptamente cesaron, lascivos golpeteos dañaban la puerta, cada uno semejante al estruendo producido por una descarga de cañón detonaban en mi interior pequeñas bombas que demolían las débiles estructuras de la razón, recorrían mi cuerpo entero imposibilitando el pensamiento, reaccioné con perplejidad, los malditos golpeteos no cesaban destruyendo así mi regocijo fugaz, me levanté lentamente de la silla y con un miedo que hubiera doblado al más fuerte caminé hacia mi único destino, la puerta. Crucé el cuarto, de pared a pared. Los golpes no paraban, cerré los ojos y suspiré, si practicara alguna religión seguramente hubiera rezado en silencio, mi corazón latía con tanta furia y desesperación a tal grado que imaginé cómo salía de mi pecho y me abandonaba, dejándome sólo con mi infortunio. Me dispuse a abrir la puerta, mis manos temblorosas y sudadas se acercaban con lentitud desesperante para retrazar el inevitable encuentro con la perilla, en cuanto la alcanzaron dejó de sonar, fue como si aquello que tocaba con inquietante fuerza de alguna manera me viese y sólo esperara a que abriera. Tras segundos de calma turbada giré la perilla hacia la izquierda (como se considera convencional), poco a poco las enmudecidas bisagras cedían a su mecanismo predestinado. No estaba abierta ni 45 grados cuando discerní que no había nadie. Saqué la cabeza y parte de mi torso para tener un mejor panorama de lo que pudo haber sido una visita, afuera entre mi pared y otra separadas a metro y medio se formaba el corredor, giré mi cuello hacía la derecha, hacía la izquierda, no había nadie ahí, no encontré nada que no fuera la espesa humedad provocada por la reciente lluvia, un poco de aire, y, detrás de este, más aire. Era todo.<br />El resto del día transcurrió lento como el arrastrar de las caracolas, esperando que al cerrar los ojos inmediatamente me perdiera en las aguas diáfanas de mi inconciente y fuera arrastrado hacía mis relegados recuerdos por la disposición de las enardecidas corrientes. El cuarto nuevamente ocultó su lado visible, me levanté de la silla y, con el mismo inexplicable cansancio que se apoderaba de mí todos los días, avancé hacia la cama, cabía una sola persona en ella, nunca hube pensado en dormir acompañado, el colchón se calcinaba de viejo y dejaba ver sus oxidados resortes que rechinaban a cada movimiento, por mínimos que fueran esos rechinidos me provocaban ira. Las cobijas y la almohada no estaban del todo mal, me cubrían completamente y me mantenían tibio. Me cambié de ropas e inmediatamente después me acosté, recordé el suceso de hace unas horas y al momento mi corazón golpeó precipitadamente el pecho, intente tranquilizarme. Bajo la opaca luz de luna creciente cerré los ojos y, sin saber lo que vendría minutos después, dormí.Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7239570306364671756.post-34039961498410042302008-12-11T19:42:00.000-08:002009-12-24T13:40:25.506-08:00EpazoyucanDespierto en un lugar fríamente familiar, ceno junto a una pieza de mármol incompleta. Reímos, bailamos y nos abrazamos mientras el fuego calienta extremidades que comienzan a ser acogidas por un ser muerto muy querido. El viento nunca había soplado tan fuerte... Me siento sola de nuevo.<br />Me acuesto en un tapanco, <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_0">huele</span> a viejo, a una vieja vida, un viejo libro, a un viejo y olvidado pedazo de <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_1">obsidiana</span>, gracias a tu repentina partida.<br />El cielo se cubre con una espesa manta negra anunciando tu regreso.<br />El óleo cobra vida, tu cincel baila al ritmo de la música instrumental que tanto asustaba a Mamá, ¿recuerdas?<br />Esa exposición de ojos que realizaste hace ya algunos años, comienzan a observarme sigilosamente. Dulce regreso trae de vuelta recuerdos perdidos en mi memoria. Todos nos comenzamos a llenar de júbilo, se percibe entre las personas presentes ese aroma tan tuyo.<br />Una pausa en el gran festejo.<br />Recordamos tu <span class="blsp-spelling-error" id="SPELLING_ERROR_2">paliacate</span> al cuello, el bastón que tallaste, tu chaleco embarrado de pintura <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_3">folclórica.</span> No queda más que hacerte parte de la reunión, sentir de nuevo tu barba canosa y tu mirada penetrante.<br />A la mañana siguiente, imposible tomar una ducha, el agua está demasiado fría. ¿Recuerdas aquella noche? ¿Recuerdas aquella mañana?<br />Es una verdadera lástima que sólo te pueda ver <span class="blsp-spelling-corrected" id="SPELLING_ERROR_4">ahí</span>...Anahttp://www.blogger.com/profile/08890772585357405147noreply@blogger.com0